¿Cómo llega a desvincularse el significado del significante? Hoy, 28 de diciembre, se celebra el DÍA DE LOS INOCENTES, y lo hacemos gastando bromas: colgando papelitos a la espalda de alguien donde se lea un "soy tonto", haciendo llamadas absurdas para que alguien baje al portal a abrir la puerta atascada, echando bombas fétidas en el metro (la verdad es que no hace mucha falta), poniendo una mosca en la sopa del comensal... Y el origen remoto de estas bromas está en una masacre, masacre indiscriminada de niños inocentes. El ser humano tiene la capacidad de disociar, de distanciarse de tal modo de aquello que le es doloroso, lo transforma en celebraciones festivas y jocosas. Nuestro repertorio festivo está plagado de estas "disociaciones", véase la fiesta de Santos y Difuntos, en las que comemos mazapán en forma de huesos de santo, la Semana Santa, con sus regodeos pasionales y sus torrijas emborrachadas en vino. Y gracias precisamente a esa capacidad neurótica, sob
Pensamientos de una estrella de mar