Hace mucho que no me acerco a este puerto, he visitado otros mares y costas, ahora retorno a este espigón, para asomarme y sentir la brisa de un mar que conozco y me reconoce. El 2010 ha sido un año de hacer callo, de sentir el endurecimiento de las creencias intercostales, de sufrir la corrosión del salitre... 2011, año recién estrenado, nuevo mar de aguas revueltas, oscuras...¿estarán cargadas de peces?
Pensamientos de una estrella de mar