La estrella de mar siempre me ha parecido una buena metáfora para hablar de la Resiliencia, ese concepto del que se habla tanto últimamente, esa extraña capacidad que tenemos las personas para mantenernos ante las catástrofes, para que nos vuelva a crecer una pata después de haberla perdido.
Cada persona desarrolla sus propias estrategias de Resiliencia, las sociedades y culturas crean sus propios ritos para superar las amenazas, para mantener la moral, para no perder la esperanza.
Los sistemas tienen sus propios mecanismos para mantener el equilibrio, la ley de la Entropía nos habla de muerte, de necesidad de dejar morir, todo sistema tiene una fecha de caducidad, al igual que el cuerpo humano, al igual que los sistemas políticos y económicos.
Llevamos un largo periodo de crisis del sistema, de estrellas de mar amputadas, clavadas en la arena, a la deriva...vivimos en un momento de alta necesidad de Resiliencia, una alta necesidad de personas que ayuden desde su pequeño espacio, haciendo cosas significativas para su entorno, a recuperar la cordura.
¿Cuántas estrellas tenemos que recoger cada uno para que se produzca un cambio significativo en este sistema obsoleto?
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