Hoy hace 20 años que nacieron Olmo y Violeta
Aún no había comenzado el boom de los partos gemelares , que
años más tarde vendría de la mano de los avances en fecundacíon artificial.
Lo de ellos fue
natural y por sorpresa, al principio eran tres, la cosa quedó en mellizos cuando
el tercero decidió descolgarse al tercer mes de embarazo.
No aguantaron los 9 meses allí dentro, a los 7 ya estaban con sus cuerpecitos forrados de lanugo dentro de las incubadoras que les ayudarían a madurar lo suficiente para llegar a ser lo que hoy son: dos seres mágicos, inocentes, libres.
Recuerdo que la frase que más escuchaba cuando eran pequeños
era “ay.. cuándo los verás crecidos”, y “ójala ya tuvieran 20 años”
Cuando yo escuchaba esto, sentía que mi estómago se encogía.
He disfrutado tanto criándolos…aunque por supuesto, también ha habido malos
momentos, noches sin dormir, enfermedades, disgustos y sustos.
Pero me olvido tan rápido de todo ello, y recuerdo tanto los buenos despertares con ese calorcito de cuerpo nuevo, los besos con mocos, las manos mullidas, los ojos sonrientes, los primeros balbuceos, sus pasos inseguros de mi mano…y los deberes juntos, los paseos por el campo, los juegos locos que siempre acababan mal, las tardes de parque…y las confidencias, los secretos, las complicidades…la energía de la adolescencia fluctuante, los cambios incómodos, las carcajadas tontas…
Pero me olvido tan rápido de todo ello, y recuerdo tanto los buenos despertares con ese calorcito de cuerpo nuevo, los besos con mocos, las manos mullidas, los ojos sonrientes, los primeros balbuceos, sus pasos inseguros de mi mano…y los deberes juntos, los paseos por el campo, los juegos locos que siempre acababan mal, las tardes de parque…y las confidencias, los secretos, las complicidades…la energía de la adolescencia fluctuante, los cambios incómodos, las carcajadas tontas…
Ahora tienen 20 años, han crecido tanto… pero yo sigo
sintiendo sus cuerpos como prolongaciones de mi vida, sus risas locas en mi
garganta, sus dudas, sueños, miedos, deseos…todos en mi corazón.
Mis dos seres mágicos, Violeta y Olmo…qué afortunada
soy de ser vuestra madre.
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