¿Qué es lo que más te procupa ahora mismo?, a mí unas cuantas cosas, pero una en especial. ¿por qué están tan interesados en meternos el miedo en el cuerpo?.
Muchas veces me pregunto qué pasaría si la gente dejase de tener miedo a quedarse en paro, miedo a no llegar a fin de mes, miedo a que pongan una bomba en su barrio, miedo a que nos caiga un avión encima, miedo a que entren los malos en mi casa, miedo a que nos ocupen los marciano...
Siempre hay algún tipo de miedo que interesa mantener y del que alguien saca una buena rentabilidad.
Para saber quién se beneficia, sólo hay que preguntarse a qué le tiene miedo la mayoría de la gente en este momento, la respuesta está ahí. Si el miedo es a quedarme parado, está claro que un empresario sale beneficiado porque su amenaza será tenida más en cuenta y obtendrá un trabajador dócil y obediente. El miedo al dolor y a la enfermedad beneficia a los laboratorios y a las farmacias. El miedo al terrorismo beneficia a las empresas de guardaespaldas, de puertas blindadas y coches seguros...
Pero es tan difícil vivir sin miedo.
Cuando mi hijo era pequeño, y comenzó a tener sus primeros terrores nocturnos, alargaba la hora de irse a la cama, preocupado, me decía que le daban miedo los fantasmas. Yo, por supuesto, intentaba explicarle, argumentando, que los fantasmas no existen, que solo están en los dibujos animados o en las películas de ficción. Pero él seguía teniendo miedo, no había manera de convencer a su miedo de que era irracional. Así que probé de otro modo, cuando ya acostado en su camita, me volvió a decir que tenía miedo de los monstruos y fantasmas yo le respondí: "pues yo sabes qué hago con los monstruos y fantasmas?", "yo me los como", y añadí: "y por eso estoy gordita". En lugar de luchar contra su miedo, le di un motivo para tranquilizarse, yo me comía sus miedos y además le daba la prueba evidente de que era así, estaba gordita.
Así que todas las noches mi hijo y yo hacíamos el mismo ritual: él me expresaba sus miedos, yo le decía: "y yo...", él respondía: "te los comes", y yo respondía: "y por eso....", y él finalizaba con:"estás gordita", y ahí conseguimos una fórmula mágica que fue acabando con sus miedos o al menos quitándoles protagonismo.
¿quién se comerá ahora nuestros miedos?, ¿quién se come las crisis?
Ven a nosotros monustruo comecrisis y engorda a nuestra costa
Muchas veces me pregunto qué pasaría si la gente dejase de tener miedo a quedarse en paro, miedo a no llegar a fin de mes, miedo a que pongan una bomba en su barrio, miedo a que nos caiga un avión encima, miedo a que entren los malos en mi casa, miedo a que nos ocupen los marciano...
Siempre hay algún tipo de miedo que interesa mantener y del que alguien saca una buena rentabilidad.
Para saber quién se beneficia, sólo hay que preguntarse a qué le tiene miedo la mayoría de la gente en este momento, la respuesta está ahí. Si el miedo es a quedarme parado, está claro que un empresario sale beneficiado porque su amenaza será tenida más en cuenta y obtendrá un trabajador dócil y obediente. El miedo al dolor y a la enfermedad beneficia a los laboratorios y a las farmacias. El miedo al terrorismo beneficia a las empresas de guardaespaldas, de puertas blindadas y coches seguros...
Pero es tan difícil vivir sin miedo.
Cuando mi hijo era pequeño, y comenzó a tener sus primeros terrores nocturnos, alargaba la hora de irse a la cama, preocupado, me decía que le daban miedo los fantasmas. Yo, por supuesto, intentaba explicarle, argumentando, que los fantasmas no existen, que solo están en los dibujos animados o en las películas de ficción. Pero él seguía teniendo miedo, no había manera de convencer a su miedo de que era irracional. Así que probé de otro modo, cuando ya acostado en su camita, me volvió a decir que tenía miedo de los monstruos y fantasmas yo le respondí: "pues yo sabes qué hago con los monstruos y fantasmas?", "yo me los como", y añadí: "y por eso estoy gordita". En lugar de luchar contra su miedo, le di un motivo para tranquilizarse, yo me comía sus miedos y además le daba la prueba evidente de que era así, estaba gordita.
Así que todas las noches mi hijo y yo hacíamos el mismo ritual: él me expresaba sus miedos, yo le decía: "y yo...", él respondía: "te los comes", y yo respondía: "y por eso....", y él finalizaba con:"estás gordita", y ahí conseguimos una fórmula mágica que fue acabando con sus miedos o al menos quitándoles protagonismo.
¿quién se comerá ahora nuestros miedos?, ¿quién se come las crisis?
Ven a nosotros monustruo comecrisis y engorda a nuestra costa
Comentarios
Sin embargo, hay otros miedos, los miedos "racionales" que tenemos casi todas las personas; a perder a nuestros seres queridos, a quedarnos solos, a no ser amados..., inebitables en nuestro más profundo ser y que se deben afrontar cuando lleguen. Mientras tanto se deben guardar bajo llave...