Cuidado con lo que esperas, no se vaya a cumplir.
El Efecto Pigmalión es una teoría acerca del poder de nuestras expectativas. En los años 70, un grupo de investigadores sociólogos y psicólogos descubrieron cómo la expectativa puede provocar cambios en los comportamientos de las personas. Ellos le llamaron a esto el efecto Rossental o Efecto Expectativa. También se le llama "Efecto Pigmalión" por la semejanza con el fenómeno que relata el famoso mito: Pigmalión, príncipe de la mitología griega y romana, creó con sus propias manos una estatua de su mujer ideal. Tan bien le salió la obra que se enamoró de su creación y día a día esperaba al pié de la estatua que tomara vida. Afrodita hizo el resto, le dió vida a la estatua e hizo a Pigmalión feliz.
Este mito es utilizado posteriormente en la literatura, Oscar Wilde, y su Pigmalión, e incluso en el cine, primera versión de Pigmalión en blanco y negro, siguiente con "My fair lady" con Audrey Herpbur y sucesivas revisiones de la historia.
Pero a lo que íbamos, cuánto puede lo que esperamos de alguien.
Hace unos días, escuchaba un comentario a una de las profesoras del colegio de mis hijos, al parecer, unos cuantos niños de 5 años habían doblado unas cucharas en el comedor del colegio. La profesora lanzaba su expectativa: "Empiezan doblando cucharas y acaban poniendo bombas".
Mucho cuidado, con nuestra expectativa podemos convertir a esos niños en estupendos y divertidos chavales o en verdaderas pesadillas para sus educadores.
El Efecto Pigmalión es una teoría acerca del poder de nuestras expectativas. En los años 70, un grupo de investigadores sociólogos y psicólogos descubrieron cómo la expectativa puede provocar cambios en los comportamientos de las personas. Ellos le llamaron a esto el efecto Rossental o Efecto Expectativa. También se le llama "Efecto Pigmalión" por la semejanza con el fenómeno que relata el famoso mito: Pigmalión, príncipe de la mitología griega y romana, creó con sus propias manos una estatua de su mujer ideal. Tan bien le salió la obra que se enamoró de su creación y día a día esperaba al pié de la estatua que tomara vida. Afrodita hizo el resto, le dió vida a la estatua e hizo a Pigmalión feliz.
Este mito es utilizado posteriormente en la literatura, Oscar Wilde, y su Pigmalión, e incluso en el cine, primera versión de Pigmalión en blanco y negro, siguiente con "My fair lady" con Audrey Herpbur y sucesivas revisiones de la historia.
Pero a lo que íbamos, cuánto puede lo que esperamos de alguien.
Hace unos días, escuchaba un comentario a una de las profesoras del colegio de mis hijos, al parecer, unos cuantos niños de 5 años habían doblado unas cucharas en el comedor del colegio. La profesora lanzaba su expectativa: "Empiezan doblando cucharas y acaban poniendo bombas".
Mucho cuidado, con nuestra expectativa podemos convertir a esos niños en estupendos y divertidos chavales o en verdaderas pesadillas para sus educadores.
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